La situación actual que vivimos debido al brote epidémico por el coronavirus SARS-COV-2 nos obliga a estar confinados en casa durante un tiempo todavía indeterminado. Para los que convivimos con perros, esto puede traer aparejados algunos problemas relacionados con la permanencia en el interior de las casas durante tanto tiempo y después por el retorno brusco a la normalidad. Por lo tanto, es útil seguir una serie de pautas y consejos que nos pueden ayudar a evitar o disminuir los problemas derivados que puedan surgir.
Uno de los aspectos que tiene una mayor importancia, para personas y animales, es tratar de mantener una rutina diaria para prevenir el estrés. Dentro de esta rutina hay dos aspectos fundamentales, la previsibilidad y el control. Tener una lista de tareas y saber lo que va a ocurrir en cada momento hará que no las demanden y que estén más tranquilos entre tarea y tarea. Para esto lo mejor es avisarles con una palabra o señal que les indique lo que va a ocurrir: “a jugar”, “a la calle”, “a comer”, etc. El control implica elegir algo antes de hacerlo y tener la capacidad de influir en los resultados de las acciones. Puedes darle a tu perro la opción de escoger lo que quiere hacer entre varias cosas o si quiere hacer algo o no en un momento determinado. Para un perro puede ser decidir si quiere que le acaricies o no o si prefiere traer la pelota o morderla, así como el tiempo que quiere realizar esa actividad.
Si en la casa además viven niños la cosa se puede complicar y es más fácil que haya situaciones de tensión y de riesgo. Para intentar evitar esto podemos:
- No dejar nunca a perros y niños solos sin supervisión.
- Asegurarse que el animal dispone de un espacio para él donde no pueda ser molestado y de que tiene momentos de tranquilidad.
- Educar a los niños en el respeto a los animales y enseñarles su lenguaje corporal.
- Previsibilidad y control: avísales de lo que va a ocurrir con una palabra o un gesto y espera a que decidan si quieren hacerlo.
- Implicar a los niños en juegos que les gusten a los animales así mejorará el vínculo entre ellos.
El paseo con el perro
Una de las actividades más importantes para la calidad de vida de nuestros compañeros caninos son los paseos tanto como para hacer sus necesidades como para hacer ejercicio y sociabilizarse con el entorno. Dada la situación actual no se pueden hacer paseos como lo veníamos haciendo habitualmente pero siguiendo una serie de consejos sí que podemos hacer que tengan una mayor calidad.
- Se recomienda que sean paseos más cortos y evitar el contacto social. Para compensar esto se debe de potenciar y fomentar el olfateo.
- Como el perro debe de estar atado en todo momento es recomendable el uso de arnés y correas largas que van a dejar al perro más libertad y espacio, pudiendo acortar si fuera necesario por seguridad. Si no está acostumbrado es bueno habituarle en casa.
- Sal a horas más tranquilas para evitar el contacto social.
- Durante el paseo, ve dándole premios tras decir su nombre para así captar su atención por si te cruzas con otras personas y/o perros. Así estará preparado para atenderte si necesitas cambiar de dirección o decirle que se siente ante el paso de otros individuos. Si esto ocurre, no le tires de la correa, llámale y guíale con un premio delante de su hocico, dile que se siente y espera o cambia de dirección alegremente y dale sus premios.
- Si el perro tiene alguna forma de reacción hacia perros o personas será un buen momento para mejorar su conducta aprovechando la menor densidad de los estímulos problema. Ante la visión de dichos estímulos la recomendación es realizar asociaciones positivas: caricias, premios de comida o juguetes, así como palabras afectuosas.
- Tras el paseo, al subir a casa, limpia con agua y jabón las almohadillas, la cola y el hocico por prevención.
- Si has dado positivo a COVID-19 o tienes sospechas debe ser otra persona la que se encargue del paseo y de la higiene.
- La socialización de los cachorros es una etapa de gran importancia por el impacto que causa sobre el comportamiento futuro del perro. La limitación impuesta por el estado de alarma de mantener una distancia mínima con otros perros y personas dificulta pero no impide llevar a cabo esta socialización. Entre las 3 semanas y los 3 meses de vida se debe exponer al cachorro de forma progresiva y delicada a todos los estímulos que conformarán su entorno. Con este fin durante el paseo puedes hacer asociaciones positivas con la visión de otros perros a la vez que controlas que las experiencias sean agradables.
- La socialización con personas también es esencial, para ello puedes asociar a las personas que encuentres en el paseo con un estímulo positivo, dándole premios o caricias.
- La habituación a sonidos (de motos, del autobús, etc.) y a otros objetos (bicis, monopatines, cascos, paraguas, etc.) la puedes realizar en las salidas al exterior o dentro de casa. Aprovecha que en el exterior la estimulación ahora es menor para poder hacer una habituación progresiva.
Enriquecimiento Ambiental
Para sobrellevar el aburrimiento de estar encerrados en casa sin pelis ni libros, los perros necesitan enriquecimiento ambiental. ¿Cómo puedes ayudarles?
Interactuando directamente con él:
- Enséñale habilidades nuevas. Siempre con refuerzo positivo (premios).
- Esconde su juguete favorito como su nudo de tira y afloja o su pelota para que lo busque con el olfato y juega un rato con él brevemente cuando lo encuentre.
- Dale un masaje en una zona del cuerpo que le guste hasta que se quede relajado.
- Esconde premios en puzles.
Proporcionándole entretenimiento mientras tú haces otra cosa:
- Esparce su pienso con las luces apagadas.
- Rellena un juguete interactivo comercial o casero.
- Dale un objeto para morder o lamer.
Si convives con un cachorro quizás él necesite hacer estas cosas con más frecuencia que un adulto. Puede ser interesante añadir algún juguete o hueso de piel para mordisquear. Rota sus juguetes y felicítale por usar sus cosas. No es recomendable jugar con manos y pies y recuerda que el castigo no es una buena herramienta para educarle.
Si convives con un perro mayor y tiene dolor o poca movilidad no te centres en enseñar habilidades que requieran movimiento, pero no te olvides que aunque tengan menor nivel de actividad también necesita distraerse.