Infección por coronavirus en el perro

El reciente brote de enfermedad respiratoria producida por coronavirus en la provincia china de Wuhan ha puesto a estos virus de actualidad. Los coronavirus son un grupo amplio de virus que afectan a numerosas especies animales, incluidas las personas, tales como cerdos, perros, gatos, ratones, vacas, caballos, murciélagos, varias especies de aves, etc. La particularidad de este brote en personas es que ha ocurrido algo que sucede de vez en cuando, el salto entre especies. Un coronavirus que infecta una especie animal, todavía se desconoce cuál, ha pasado de infectar a esa especie al ser humano y a partir de ahí se ha originado este brote. Pero, ¿qué ocurre con el coronavirus en perros?

Existen diferentes grupos y cepas de coronavirus en el perro. Fundamentalmente hay unos responsables de cuadros respiratorios y otros de cuadros digestivos, ambos contagiosos.

Coronavirus respiratorio canino

Este virus pertenece al grupo 2 de los coronavirus,  guardando bastante similitud con el coronavirus bovino pero difiriendo bastante del coronavirus entérico canino.

Forma parte de la llamada “enfermedad respiratoria infecciosa canina”, también conocida como “traqueobronquitis infecciosa canina” o vulgarmente “tos de las perreras”. Esta es una enfermedad multifactorial producida por diferentes virus y/o bacterias que pueden actuar aislada o sinérgicamente y que producen fundamentalmente infección de vías respiratorias altas cuyo síntoma principal suele ser una tos muy marcada.

Aunque este virus se ha encontrado en numerosos estudios sobre esta enfermedad en diferentes lugares del mundo, todavía se desconoce su papel en este tipo de cuadros. No se sabe si puede ser un patógeno primario o si aparece acompañando y empeorando procesos respiratorios producidos por otros virus y bacterias.

Coronavirus entérico canino

Se trata de varios virus pertenecientes al grupo 1 de coronavirus y que aparecen asociados a cuadros de diarrea debido a la enteritis que producen.

La primera descripción del coronavirus entérico canino como específico de esta especie data de 1971, donde fue aislado a partir de un brote de gastroenteritis en perros de trabajo militares en un cuartel en Alemania

 

Se le aisló, se le identificó como cepa 1-71 y fue incluido dentro de la familia coronaviridae. En nuestro país se describieron las primeras infecciones digestivas por este virus en perros en 1992.

Las investigaciones acerca de este tema comenzaron a hacerse más exhaustivas hacia febrero de 1978. A partir de esta fecha, surgieron una serie de brotes de gastroenteritis canina en diversos estados del este y sureste de EEUU. Estos episodios tuvieron características comunes como la aparición brusca, una difusión rápida entre todos los efectivos, un elevado número de enfermos y una mortalidad variable. Un gran número de muestras patológicas procedentes de estos brotes se enviaron a la Universidad de Cornell de Nueva York. Allí se obtuvieron distintas cepas del coronavirus entérico canino que resultaron semejantes a los virus aislados previamente en Alemania. En el mes de agosto fue descrita una segunda serie de brotes de diarrea canina en los estados del medio oeste americano. A lo largo de este mismo año y en distintas zonas del mundo geográficamente muy distantes entre sí, se observó la aparición de brotes de gastroenteritis canina con características muy semejantes a los descritos en EEUU. En estas ocasiones, las tasas de morbilidad y mortalidad fueron muy elevadas, especialmente entre los cachorros menores de cinco meses de edad. También se dieron casos de muertes en animales adultos. Aunque en un principio se sospechó que el coronavirus entérico podría ser el único agente etiológico, se descubrió que  el responsable del impacto patológico y de la mortalidad en la población canina mundial realmente fue el parvovirus.

En general, los cuadros digestivos que produce este virus se caracterizan por la presencia de diarrea, en algunos casos puede haber algún vómito, pérdida de apetito y letargia. Normalmente son cuadros leves y los perros se recuperan espontáneamente en 8-10 días. Cuando aparecen asociados a otros agentes patógenos como parvovirus, moquillo, salmonella, clostridium, etc., los cuadros pueden ser más graves y prolongados. En casos raros el virus puede mutar a cepas más virulentas produciendo una infección llamada por coronavirus pantrópico y producir cuadros graves similares a los del parvovirus.

El tratamiento, si es necesario, va orientado sobre todo a mantener el estado de hidratación.

Respecto a la prevención existen vacunas pero no se recomiendan  debido a que las infecciones por este virus suelen ser subclínicas o leves. El número de casos confirmados de enfermedad no justifica el uso de la vacunación de rutina. Además no hay evidencia de que las vacunas existentes protejan contra las variantes más patogénicas del virus y en muchos casos de diarrea infecciosa aunque se puede aislar este virus no está claro que sea el patógeno primario o principal.

Consideraciones de salud pública

El coronavirus entérico canino no se cree que infecte a las personas. Sin embargo, los coronavirus no son estrictamente específicos de especie y por lo tanto no se puede excluir que puedan infectar a las personas. Por lo tanto, se deben de extremar las medidas de higiene cuando se tiene un cachorro enfermo de diarrea sobre todo si se sospecha que el origen puede ser infeccioso.

Pedro Pablo Mayo Robles

Responsable servicio medicina interna

Hospital Veterinario Nacho Menes