La leptospirosis es una de las zoonosis -enfermedades que se pueden contagiar entre especies- más extendidas del mundo. Aunque en muchas ocasiones el sistema inmune del perro puede hacer frente a la enfermedad; en otros casos, puede provocar graves lesiones renales o hepáticas.
Hoy, desde el hospital veterinario Menes, abordaremos esta enfermedad que puede afectar a nuestros mejores amigos.
¿Cómo se contagia?
La manera más extendida de contagio de la leptospirosis es a través del contacto con la orina de otros animales infectados -los roedores son los mayores portadores de esta bacteria-. Aunque también se pueden contagiar a través de otros fluidos -contacto con mucosas de un animal infectado, etc.-.
Se conoce que esta bacteria resiste bien en zonas húmedas con altas temperaturas, 30ºC, protegidas del sol y donde exista agua estancada. Por lo que en las zonas de clima cálido y con altas precipitaciones es más común encontrarse con la leptospirosis.
La bacteria, además de vivir en seres vivos o agua, puede permanecer inactiva en el suelo durante 6 meses. Por lo que se debe tener especial cuidado con el agua que ingiere el perro, al igual que si se baña en ríos o lagos. Estas aguas podrían estar infectadas y contaminar a nuestra mascota. Aunque no solo se debe prestar atención al agua, sino a otros animales que pueden ser portadores y contagiar a nuestro mejor amigo.
Síntomas y tratamiento
Una vez que la bacteria entra en el organismo de nuestro perro se puede extender a diferentes órganos a través del torrente sanguíneo. El can puede tardar entre 4 y 12 días en manifestar los primeros síntomas desde el momento en que sufrió la exposición.
No todos los animales desarrollan la enfermedad, algunos perros pueden ser portadores asintomáticos y entre los que manifiestan síntomas, estos pueden ser desde leves hasta muy graves.
Las señales que nos deben alerta son:
- Fiebre
- Vómitos y diarrea
- Pérdida de apetito
- Ictericia
- Orina oscura
- Congestión de las mucosas
Ante la presencia de cualquiera de estos síntomas, se recomienda acudir a un profesional veterinario que pueda realizar las pruebas que determinarán si el animal sufre leptospirosis. Bastará con un simple análisis de sangre y de orina para detectar la bacteria.
Se pueden realizar dos tipos de pruebas para comprobar si la bacteria está alojada en nuestra mascota.
- Una PCR para buscar el patógeno a partir de una muestra de sangre y de orina.
- La búsqueda de anticuerpos M contra la leptospirosis.
En los casos más graves de leptospirosis, el perro puede sufrir una hepatitis, ya que la bacteria afecta principalmente a los riñones y al hígado. También puede desarrollar una enfermedad pulmonar grave y afectar a su capacidad respiratoria.
Tratamiento y prevención
Dependiendo de la gravedad y de los órganos afectados se ajustará el tratamiento, aunque al ser una enfermedad bacteriana, el perro deberá recibir un tratamiento antibiótico.
La principal medida para prevenir la leptospirosis canina es a través de la vacunación. Los cachorros reciben una primera dosis durante las primeras semanas y luego se debe realizar un recordatorio anual, ya que la inmunidad está en torno a los 10 meses tras la dosis. Para perros de alto riesgo, como los que vivan en zonas rurales o en zonas cálidas y húmedas, se recomienda realizar la vacunación cada 10 meses.
Recuerda que en el hospital veterinario Nacho Menes dispones de diferentes servicios para asegurar el bienestar de tu mejor amigo. Nuestros especialistas en medicina interna tratarán enfermedades infecciosas como la leptospirosis pero, sobre todo, trabajarán en la prevención de esta y otras enfermedades.