Hoy os traemos este artículo sobre quimioterapia en perros. El cáncer es uno de los problemas de salud más frecuentemente diagnosticados en los perros actualmente. Esto es debido a múltiples factores. Los principales son la creciente esperanza de vida. Cuidados que los podríamos comparar a los de una persona. Actualmente son considerados un miembro más de la familia y la capacidad cada vez mayor por parte de los veterinarios para diagnosticar y tratar este problema.
Los tratamientos varían dependiendo del tipo y extensión del tumor. En general se usan las mismas terapias que en nosotros, cirugía, quimioterapia, radioterapia o una combinación de ellas.
Normalmente en la mayoría de los tumores la primera opción terapéutica es la cirugía, que en muchos casos puede ser curativa. La quimioterapia puede ser necesaria posteriormente a la cirugía para evitar recidivas o retrasar la aparición de metástasis. En otros casos, como en la mayoría de los linfomas, puede ser la única terapia necesaria. En otras ocasiones se puede emplear para reducir el tamaño del tumor previamente a la cirugía o como tratamiento paliativo en tumores que no se pueden operar o que presentar metástasis.
La filosofía de su uso se basa en tratar de luchar contra el cáncer minimizando los efectos adversos y tratando de que la calidad de vida de nuestros compañeros se vea afectada lo mínimo posible.
¿Cómo funciona y cómo aplicamos la quimioterapia en perros?
Los fármacos que se utilizan para la quimioterapia van a actuar principalmente sobre las células que se encuentran en división. Como la principal característica de las células tumores es que se multiplican muy rápidamente y sin control. La quimioterapia va a atacar y eliminar estas células. Como este ataque no es selectivo, estos fármacos también van a actuar sobre las células sanas, principalmente del intestino y de la médula ósea porque son las que más se dividen, siendo este el motivo de los principales efectos adversos de estos fármacos.
¿Cuáles son los protocolos de quimioterapia en perros?
Los fármacos que se utilizan en los perros se pueden administrar vía oral, en casa, o vía intravenosa, en la clínica y por parte de un veterinario. En casos excepciones y para ciertos tumores también se pueden administrar en el interior de cavidades o dentro del tumor. Y en ocasiones se puede empezar con la administración intravenosa en la clínica y tras varias sesiones continuar vía oral en casa o combinar ambas vías simultáneamente.
Respecto a la quimioterapia intravenosa, el mecanismo de acción de los fármacos que se utilizan se basa en producir un daño directo sobre las células tumorales empleando dosis altas del fármaco y con sesiones que se repiten de modo regular. Dependiendo del tipo de tumor y su extensión se pueden emplear protocolos que incluyan un solo fármaco o varios fármacos. Así ocurre en la mayoría de los linfomas, tratando de atacar al tumor a través de productos que tienen diferentes mecanismos de acción y minimizando los efectos secundarios. Se emplean dosis estandarizadas que están estudiadas para que sean bien toleradas por la mayoría de los perros.
Otras aplicaciones de quimioterapia
Una nueva forma de quimioterapia oral, llamada metronómica, tiene otro mecanismo de acción, que no es producir un daño directo sobre las células tumorales, si no inhibir la formación de los vasos sanguíneos que van a nutrir al tumor y así impedir que crezca. A diferencia de la intravenosa se emplean dosis diarias y muy bajas, que se suelen tolerar de modo excelente.
Otras terapias nuevas son las llamadas dirigidas, donde fármacos dados vía oral van a actuar de modo muy especifico sobre determinados tipos de cáncer, minimizando los efectos secundarios.
La electroquimioterapia es otra novedosa técnica que consiste en la aplicación de un impulso eléctrico sobre determinados tumores. Permite permeabilizar las células y mejorar el paso de fármacos quimioterápicos que se aplican sobre los mismos.
¿Qué efectos secundarios produce la quimioterapia en perros?
Debido a que la quimioterapia puede afectar a células sanas, especialmente a las localizadas en el intestino y en la médula ósea, los efectos adversos más habituales suelen relacionarse con estas zonas. Así, podemos encontrarnos con trastornos gastrointestinales, como anorexia, vómitos y/o diarrea, si es el aparato digestivo es el afectado o descenso en el número de leucocitos, glóbulos rojos o plaquetas, si es la médula ósea la afectada. La mayoría de estos efectos suelen ser leves y transitorios. Se suelen tratar de modo ambulatorio. En ocasiones puede ser necesario ajustar la dosis de los fármacos para tratar de que no ocurran. A veces se emplean de modo preventivo algunos fármacos para evitar su aparición.
Otros efectos adversos específicos de determinados quimioterápicos son la aparición de cistitis no infecciosa o daños en el corazón. En ocasiones puede ser necesario. Además de una analítica general, monitorizar la función cardiaca previamente y durante la aplicación de estos productos que pueden ser cadiotóxicos para no usarlos en caso de que haya algún problema cardiaco o tratar de que no llegue a haberlo durante su uso.
¿Cómo es una sesión intravenosa de quimioterapia en perros?
Una sesión típica de quimioterapia en Perros va a desarrollarse en nuestro hospital veterinario. El primer paso es hacer un hemograma. Valoraremos si hay efectos adversos sobre la médula ósea que impidan administrar la sesión ese día. En ocasiones puede ser necesario retrasar unos días la sesión para dar tiempo a que se recupere el nivel de leucocitos principalmente. Periódicamente también puede ser necesario monitorizar la función renal y hepática. Los fármacos deben prepararse con precauciones, debido a su toxicidad. Debe evitarse tocarlos o inhalarlos. Después se le colocará al perro un catéter intravenoso y se administrará el fármaco. La duración puede oscilar entre un minuto o 30-45 según el producto utilizado.
Precauciones en el hogar
Si somos nosotros los que debemos tratar al perro con quimioterapia por vía oral en casa, es importante que siempre utilicemos guantes, nunca rompamos las pastillas y, por supuesto, sigamos todas las indicaciones dadas por el veterinario. Las mujeres embarazadas no pueden manejar estos fármacos.
Tras la quimioterapia debemos utilizar guantes si vamos a entrar en contacto con heces u orina del perro durante las siguientes 48 horas. Los fármacos se eliminan del organismo en 2-3 días, pero en cantidades mínimas. Con las normas higiénicas básicas, no corremos riesgos.
Si estás buscando información sobre quimioterapia en perros puedes llamarnos o escribirnos sin problema, resolveremos todas tus dudas.